La prensa que idiotiza a los porteños
Si los argumentos de los expertos que entrevista el Mercurio fueran ciertos, el puerto de la ciudad debería adaptarse para recibir naves pequeñas, ¡y no al revés!
Si los argumentos de los expertos que entrevista el Mercurio fueran ciertos, el puerto de la ciudad debería adaptarse para recibir naves pequeñas, ¡y no al revés!
Al informarse y chequear documentos públicos, se observan contradicciones importantes entre la información proporcionada por la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) y el Boletín N° 12 del Centro de Estudios Públicos (CEP).
El 10 de septiembre de 2023, la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) aprobó las bases para la ampliación del Puerto Valparaíso.
El Puerto de Valparaíso, uno de los más importantes de Chile, ha estado bajo la lupa en los últimos años debido a una serie de proyectos y políticas que buscan soterradamente implementar un modelo de monopolio en su gestión.
El lunes, El Mercurio de Valparaíso publicó una columna del presidente del directorio de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), destacando los logros de la actual administración.
Los mismos que llegaron al poder comunal y regional para cambiar las cosas, se fueron solo en discursos ideológicos al final y terminaron inclinados ante uno de los feudos del Estado y rindiendo pleitesía, al neoliberalismo y han terminado como administradores de quienes han arruinado las ciudades puertos de la región de Valparaíso.
Los alemanes han comenzado a cooperar con las campañas de los partidos más corruptos de Chile y sus “independientes”, como la señora profesora Cubillos, aportando algunos millones a su campaña. Sin embargo, lo que llama la atención son los míseros 2 millones que destinan a la candidata a gobernadora, María José Hoffmann.
Por este camino corto que transitamos llamado vida, cargamos creencias y dioses que nuestros padres nos heredan y desde ese escenario es de donde elegimos a otros actores que nos acompañaran en diferentes escenas de la vida.
No recuerdo bien cómo ni cuándo conocí a la Tita; los años y las historias acumuladas pesan. De lo que sí estoy seguro es que fue en dictadura, al parecer en las peñas o en la escuela artística que funcionaba en el antiguo Instituto Comercial de Valparaíso.
Lo mejor es aceptar lo que venga, ya sean muchos o pocos los inviernos que Júpiter nos conceda, o sea este, el último, vamos con todo a chocar con las rocas de la orilla.
Los de nuestro tiempo lo dieron todo, en las primaveras que Júpiter les regaló, porque nunca se fiaron del mañana incierto.