Septiembre y la domesticación del sentido común
Este mes no se conmemora: se fiscaliza. Porque septiembre en Chile no es solo memoria, es diagnóstico. Y el diagnóstico es brutal: el pueblo ha sido domesticado. No por la fuerza, sino por el consenso.
Este mes no se conmemora: se fiscaliza. Porque septiembre en Chile no es solo memoria, es diagnóstico. Y el diagnóstico es brutal: el pueblo ha sido domesticado. No por la fuerza, sino por el consenso.
Cada septiembre, Chile se disfraza de independencia. Se llena de banderas, cuecas y carbón como si el país celebrara su emancipación. Pero lo que se conmemora el 18 no es ruptura ni soberanía: es la instalación de una Junta que en 1810 juró lealtad al rey de España. Un gesto administrativo, no libertario.
Mientras se recortan presupuestos para salud, educación y pensiones, el Estado chileno transfiere miles de millones a conglomerados que ya concentran poder económico, logístico y político. No es inversión: es captura. No es desarrollo: es despojo.