Se fue uno de mis Superhéroes

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Autor: 
Jorge Bustos

Lo mejor es aceptar lo que venga, ya sean muchos o pocos los inviernos que Júpiter nos conceda, o sea este, el último, vamos con todo a chocar con las rocas de la orilla.

Los de nuestro tiempo lo dieron todo, en las primaveras que Júpiter les regaló, porque nunca se fiaron del mañana incierto.

Por eso quizás probamos todos los vinos, porque hemos entendido, al breve espacio de la vida y por eso también cada copa es como una despedida, porque mientras hablábamos el tiempo envidioso huía. 

Se nos fue Franco, al que supe hace muy poco que se llamaba Francesco Di Lecce. Lo conocí cuando ayudé a cambiarse de departamento, allá en su ciudad natal, Roma; después del cambio, la recompensa fue la cena y la noche se alargó con vino, salame, quesos y conversa. De cómo se estaba reorganizando la lucha política y de masas, mientras más conversábamos, más me sorprendía lo bien que entendía los modismos chilenos

No fue hasta después de la pandemia que crearon las farmacéuticas, cuando al calor de diferentes mostos y sus benefactores taninos empezamos a contarnos historias de juventud y Franco, de ser el marido de una de mis mas queridas amigas, se fue transformando con cada historia en un Superhéroe, no de esos payasos de las historietas de Marvel, de los de verdad, de los que pasan inadvertido. Me imagino que con lo que yo alcancé a saber de él, en la partida de Franco debiesen llegar condolencias de todos los partidos de oposición a la dictadura de la derecha y Pinochet, en particular del Partido Comunista de Chile.

Fue tan sigilosa, osada y perfecta su vida clandestina que no aparece ni una huella digital en Google de él, solo en Facebook, por eso, para los que cultivamos la inteligencia y contra inteligencia, fue un honor conocerlo.

Con seres humanos como Franco levantamos la bandera de la memoria de la generación de los que se están yendo y se llevan parte importante de la valentía y el arrojo de la humanidad, que detuvo al fascismo, que se atrevió a entregar la vida, por la vida, por un futuro más justo para todos, sin importar nada.

Francesco Di Lecce fue el hombre dentro de pocos extranjeros que asumió la responsabilidad de que se levantara y mantuviera la resistencia en Chile, contra la dictadura de la derecha y Pinochet; su trabajo le permitía ingresar al país y hacer lo que se debía para organizar al pueblo.

No contaré las historias que compartimos, porque es secreto de la cofradía, solo decir que se nos va un hombre valiente como pocos, que puso toda su inteligencia y capacidad para recobrar la disminuida democracia que hoy nos gobierna.

Franco amigo, no te deseo que descanses en paz porque sería una ofensa, ya que estoy convencido que en la dimensión que estés, ya estarás clandestino salvando países de las tiranías y probando los mejores vinos que Bacco nos inventó, así que, si el Tué-Tué, el Chon-chon o el Caleuche me acortan los inviernos, más luego nos reencontraremos para seguir en lo mismo.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

Comentarios

Imagen de Doménico Sthandier

Me quedo con tu imponente presencia, la misma que tenían tus historias siempre llenas de sentido. Me quedo con tus ojos mojados y tus palabras en el funeral de mi papá, con la hospitalidad de vino blanco en Roma. Pero, por sobre todo, me quedo con esa última visita, esa que siempre supimos que era la última, donde pudimos compartir en mi lugar que más amo hoy, donde te vi emocionado porque todavía yo llamaba Yayo al Yayo, o cuando pediste la foto de Ghiggia en la uruguaya... Duele tu partida tío oso. Duele volver a morir como hijo. Duele recordar cuando te dije en la parcela que quería que estuvieras cómodo, que tú representabas a mi viejo y respondiste que ojalá algún día llegaras a ser como él... Y nos abrazamos llorando... 1000% superhéroe

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