Los artilugios de OHL nos perseguirán por varios años más, situándonos en la vereda opuesta al terminal N° 2 que se pretende construir en las áreas de amortiguación patrimonial de la Ciudad de Valparaíso.
Y se siguen cumpliendo los ritos. Cada cuatro años y desde hace un tiempo para Valparaíso sucede lo evidente, cambio de Gobierno, pero no cambia ese asedio irracional contra la ciudad.
Ayer miércoles 25 de abril de 2018 en un matutino de la ciudad apareció la estatal Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) reclamando la devolución del pago por el permiso que la DOM porteña otorgo para el ilegal proyecto del ex Mall Barón, lo primero que pensé es que a quien se le deben cobrar esos 425 millones de pesos es a la Fundación Defendam
Entender las causas de los problemas de Valparaíso no es fácil. No hay una sola causa. Es un enjambre de intereses y si un porteño baja desde los cerros hacia el mar se encuentra con una muralla de trenes, contendedores, alambradas, tráfico desbocado que lo “alejan de su riqueza”, de su orilla, de su costanera, del mar.
Uno se pregunta si habrán invitado a los dirigentes de los hostales y hoteles boutique de la ciudad, y a los dirigentes de los circuitos turísticos de la Ciudad Patrimonial. ¿Y a los de las ruta del vino? ¿Y al Presidente de la Cámara de Comercio Local?, esperemos que sí y ¡pensemos en positivo!
Hace menos de una semana los concejales de Valparaíso en su mayoría decidieron suspender el proceso de modificación del plan regulador , la justificación de dicha resolución contraria a la posición del alcalde Jorge Sharp y la concejala Rut Cáceres fue la recomendación difusa que diera el asesor urbanista Miguel Dueñas Breither de dudosa re
