Justo cuando se iniciaban las Fiestas Patrias, los alemanes concesionarios del terminal 1 de Valparaíso nos hacían saber que subirán las tarifas de “seguridad” a la carga, es decir cuando el puerto de Valparaíso cae del segundo lugar al quinto en transferencia de carga, los alemanes de TPS, con el aval y autorización de Empresa Portuaria, suben los costos de las exportaciones e importaciones, no para las navieras, sino para los consumidores finales, es decir doña Juanita, o sea, usted y yo.
Las cosas se pusieron raras hace un tiempo, yo diría desde que Raúl Celis le devolvió a los alemanes del TPS la posibilidad de volver a inspeccionar la carga en los recintos por ellos concesionados, cuestión que enfureció a los españoles de la ZEAL y exigieron su salida, y qué mejor que con una gran huelga donde los trabajadores portuarios crucificaron a quien les había devuelto 30 mil turnos anuales.
Lo curioso de este arreglo es que el presidente interino de EPV no perdió el tiempo y aprovechó su posición para hacerse de varios millones vendiendo un par de propiedades a Ultramar, socios de TPS, con los cuales -curiosamente- también estaban en conflicto, porque TPS no se hacía responsable de los costos de la huelga, cuestión profusamente aparecida en la prensa.
Otro dato no menos curioso en esta trama es que la Naviera MSC, socia en un 40% de TPS en la concesión, tomó buena parte de sus buques y los descarga en San Antonio y no en Valparaíso, como la lógica lo indica, cuestión que redunda en que el primer semestre nuestro puerto cayera desde el 2° lugar al 5°, doblando el promedio nacional de caída del comercio internacional producto de la guerra comercial entre EEUU y China.
Pero veamos por qué sube las tarifas TPS. Es evidente que alguien debe pagar y mantener las ganancias, y en este caso no son las navieras asociadas o armadores los que rebajen sus ganancias para impulsar el comercio internacional, así como las AFP, las farmacias, las inmobiliarias, quien es el animal que da billetes somos los consumidores y frente a eso, el Estado se colude con las grandes empresas y nos joden.
En este caso en particular, TPS usa su posición dominante en el mercado para imponer un nueva tarifa a las exportaciones e importaciones, encareciendo el puerto de Valparaíso y perdiendo así más su competitividad . Y digo nueva tarifa porque los gastos que ellos dicen que incurrirán ya se hicieron en el 2005 y 2013 y, además, ellos como almacenistas deben cuidar la carga.
Las normas de seguridad que impusieron los EEUU fueron después de las torres gemelas, lo que no explica que, en el momento más complicado del comercio internacional, donde Chile ha disminuido un 7,1% su intercambio comercial, los alemanes castiguen a Valparaíso subiendo las tarifas, cuestión que no han hecho en otros puertos donde son concesionarios y tienen posición dominante en el mercado.
No me referiré a la incapacidad de EPV y su nuevo presidente del directorio, pues para mí sigue siendo un sicario, y la autorización de esta nueva tarifa en contra de los usuarios ratifica que vino a matar nuestro puerto, ahora con ayuda de la gerencia de TPS.
Jorge BUstos
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