Manos arriba y abajo los churrines

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Autor: 
Jorge Bustos

 

La semana pasada y en el más estricto secreto la empresa portuaria (EPV) junto a los trabajadores portuarios de la Coordinadora firmaba un acuerdo para dar seguridad a los grandes operadores internacionales de cruceros que Valparaíso recibiría y atenderían a 39 naves en la temporada 2017/2018, y de paso aseguraba que la temporada 2018/2019 tampoco tendrá traspiés o huelgas que pongan el riesgo el negocio, al otro día para santificar el acuerdo, se invitó de arroz al alcalde, concejales y operadores de negocios ligados a esta industria, las radios provincianas y la televisión local hacían gala del acuerdo, lo que los porteños no sabían, que era una noticia añeja, porque en el mundo de los negocios la noticia ya era vieja.

 

Con cara de no saber, y también de sorpresa se sentaron los actores haciendo como que firmaban, el gran y primogénito acuerdo, cuando la verdad es que este era el segundo. Menos mal que la foto no fue de cuerpo entero porque varios de ellos habrían aparecido con los calzoncillos en las rodillas. Las posibilidades son como siempre dos, una que se los bajaron sin darse cuenta o se los bajaron solitos.

 

Desmenucemos el famoso acuerdo. En el punto uno, asume el compromiso de los trabajadores para atender los cruceros a cambio de nada, es decir, todo el lio o crisis de los cruceros fue para poder aforar en los sitios del puerto, en particular en los sitios del Terminal Pacifico Sur (TPS) y además las declaraciones de los dirigentes “si no hay aforos no habrán cruceros” fueron portada de algún medio mentiroso, pero además varios presidenciables , diputados y senadores, han quedado en ridículo defendiendo a los trabajadores o a los “dirigentes” que eran “discriminados” ya que según sus demandas perderían 30 mil turnos y estos no están considerados en el acuerdo

 

El punto dos es un poco más complicado ya que la empresa portuaria después de 14 años reconoce por la presión de la municipalidad, de los concesionarios y las empresas relacionadas al turismo la necesidad de “llamar a una licitación internacional” para ver el mejor lugar donde construir un terminal para cruceros (y acá es donde todos se bajaron los churrines, porque) a reglón seguido la EPV deja claro que ellos quieren construir ese terminal en el lugar concesionado a los Urenda, donde le construyeron el galpón más caro de la historia de Valparaíso 7,7 millones de dólares, que además es ilegal por dos dictámenes de Contraloría y que debiese ser demolido.

 

Al parecer para la comunidad del negocio turístico y a la alcaldía no le hace sentido “todavía” que en una primera declaración el costo del muelle propuesto por EPV fuera de 100 millones de dólares (sin licitación) y que luego el mercurio en primera plana lo bajaba a 44 millones de dólares, pero dejando claro que la ingeniería era de nivel 4, que no es nada más que advertir que el costo puede subir 40% más, a contra pelo otra oferta diferente a EPV indica que se podría construir un muelle para cruceros a 11 millones de dólares y también es de categoría 4, es decir podría subir un 40 %, claro que en este caso serían 4,4 millones de dólares más y en el caso del muelle propuesto por EPV sería de 17,6 millones de dólares más.

 

Cuento corto los EPV, salieron jugando sin pagar costo alguno, solo firmaron un compromiso que se podrá verificar en dos años y medios más, se jodieron a los trabajadores portuarios en 30 mil turnos , y seguirán subsidiando a AZVI con el 101% de los servicios básicos y TPS seguirá pagando el costos de una mala logística.

 

Bueno Valparaíso seguirá esperando dos años y medios mas.

 

Jorge Bustos

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