Estado de guerra o Rebelión ante los abusos
El Estado de Excepción Constitucional es en verdad inconstitucional, pues carece de un decreto presidencial que traspase las facultades permitidas por la Constitución al jefe de plaza o responsable del orden y “seguridad”, por tanto, el sentido común indica que todos los crímenes cometidos por Piñera y sus ministros son de lesa humanidad y serán perseguidos por los que tengan la virilidad para hacerlo. Quizás el Poder Judicial y las fiscalías alcahuete de los abusos de los poderosos no sean capaces de buscar la verdad y la justicia, ya que seguirán cuidando sus grandes sueldos y privilegios, sin embargo, existe una Corte Internacional que se pondrá en marcha si los chilenos residentes en otros países se atreven a denunciar los atropellos denunciados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y todos los que se han callado por falta de canales expeditos y por falta de observadores entrenados para dicha misión.
Caso especial que merece ser destacado es la asimetría de la brutalidad militar y policial en las comunas más pobres y las más ricas, pero no solo en la represión, los balines o los asesinatos y torturas, sino también en la ineficiencia militar y policial en el caso de los saqueos, situación que es realmente preocupante.
Los militares parecen están mejor adiestrados para reprimir al pueblo que se muestra descontento que para contener a la delincuencia organizada y el narcotráfico. Curioso -a lo menos- resultara constatar que los atentados a la infraestructura de transporte y municipal, así como los incendios, se realizaron con productos que solo saben usar personal militar entrenados para sabotajes.
Valparaíso, mi ciudad, ha sido devastada por saqueadores y delincuentes organizados, con infraestructura e inteligencia, para delinquir y, en la mayoría de los casos, los militares y la policía solo ha observado cómo se cometen las fechorías. Sin embargo, es de conocimiento público y ciudadano que los asaltos y saqueos están organizados y que el retiro de la mercancía se hace con camiones y camionetas de alta gama.
¿La inteligencia de los aparatos represivos del Estado dónde están? ¿La fiscalía y sus fiscales especiales dónde están, qué dirán? ¿Qué responderán los señores militares, policías y políticos como el Intendente cuando se le demande por “falta de servicios”? Porque, les recordamos que, poco o mucho, se pagan impuestos y estos en buena parte son para mantener a quienes confiamos “nuestra seguridad”.
La prensa sin humildad ha dado un giro, hasta parece irrespetuosa frente a ministros y autoridades, como queriendo, al igual que los DC, PR y PPD, arrogarse la representatividad de los que protestan; sin embargo, siguen intentado criminalizar la rebelión de los ciudadanos, publicando solo los actos vandálicos y no la masividad y contenidos de la protesta, invisibilizando así a los actores sociales que durante décadas han dicho lo mismo que hoy les revienta en la cara, y que amenaza sus privilegios y su costosa tranquilidad.
Jorge Bustos
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