EPV y sus Promesas: Mitos y Realidades en el Puerto de Valparaíso
El 10 de septiembre de 2023, la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) aprobó las bases para la ampliación del Puerto Valparaíso. Esto contempla una concesión para diseñar, construir y operar los frentes de atraque N°1 y N°2, el Edificio Terminal de Pasajeros y una zona destinada a la transferencia de carga ferroviaria intermodal, consolidándolos en una sola unidad operativa bajo un modelo de gestión monopólica.
El proyecto, previsto para entrar en funcionamiento en 2030, tiene como objetivo la operación conjunta de ambos frentes de atraque para crear una unidad eficiente que, según EPV, responderá a las demandas del mercado portuario y fomentará la complementariedad entre los terminales. Además, se han planeado ampliaciones significativas para aumentar la capacidad operativa del puerto.
Propuesta al TDLC
La propuesta presentada por EPV al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) se centra exclusivamente en las obras e infraestructura portuaria necesarias para el funcionamiento del puerto bajo un modelo de único concesionario. Las principales responsabilidades incluyen:
- Obras portuarias: Ampliación de frentes de atraque, construcción de áreas de respaldo y mejoras en la capacidad de transferencia de carga, incluyendo contenedores, carga fraccionada y ferroviaria intermodal.
- Gestión operativa: Diseño, construcción, mantenimiento y operación de las instalaciones portuarias, incluyendo el Edificio Terminal de Pasajeros.
Sin embargo, no se incluyen compromisos vinculantes para proyectos urbanos o avances que beneficien directamente a la comunidad, como paseos, playas o la restauración de ascensores históricos.
En este modelo monopólico, los avances urbanos no forman parte de las obligaciones del concesionario. Las iniciativas para integrar el puerto con la ciudad, como la construcción de espacios públicos o accesos comunitarios, quedarían bajo la responsabilidad de otros actores:
Municipalidad de Valparaíso: Principal encargada de promover proyectos urbanos y espacios comunitarios.
Gobierno Regional: Responsable de apoyar el financiamiento y la planificación estratégica de infraestructura urbana.
EPV y el sector privado: ¿Podrían colaborar? mediante programas específicos o acuerdos de responsabilidad social, aunque esto no forma parte de las condiciones de la concesión.
Este enfoque ha sido criticado por no garantizar un desarrollo urbano integral ni fortalecer la relación puerto-ciudad. Las principales preocupaciones incluyen:
En el documento entregado al TDLC no existen medidas obligatorias que aseguren la construcción de paseos, playas, miradores o la restauración de ascensores.
Las declaraciones hechas por EPV sobre la creación de espacios públicos parecen más una estrategia para ganar apoyo ciudadano que un compromiso real y concreto
No se mencionan beneficios económicos directos, como ingresos por tonelada transferida para la ciudad, a pesar de que estos puntos fueron prometidos en anteriores reuniones públicas.
El aumento de la capacidad portuaria tiene un impacto positivo desde el punto de vista económico, pero se deben considerar los posibles efectos sociales y ambientales. Las evaluaciones de impacto ambiental deben ser rigurosas y participativas, especialmente en áreas cercanas al patrimonio histórico y cultural de la ciudad.
El proceso de licitación debe ser transparente y ajustado a la Ley N°19.542, garantizando que las propuestas seleccionadas cumplan con altos estándares no solo económicos, sino también en términos de sostenibilidad y responsabilidad social. Una competencia real y saludable en las operaciones portuarias es crucial para revitalizar la economía local y evitar que el modelo monopólico continúe empobreciendo a la ciudad al limitar la diversidad y eficiencia operativa.
En resumen, la propuesta actual de EPV se limita exclusivamente a infraestructura portuaria y deja fuera compromisos vinculantes para el desarrollo urbano. Sin una ampliación de las obligaciones del concesionario o acuerdos complementarios, las mejoras urbanas dependerán exclusivamente de otros actores, lo que podría ralentizar el progreso en áreas clave para la ciudad. La implementación de un modelo más equilibrado, que integre aspectos urbanos y sociales, es esencial para asegurar un desarrollo sostenible y equitativo para Valparaíso.
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