El Impenetrable Club de los Dueños del Negocio Marítimo

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Autor: 
Jorge Bustos

Puertos, navieras y agencias, son negocios en que tres grupos se repiten: Claro, Von Appen y Urenda.
No son muchos lo negocios en este país en que los principales competidores a la misma vez son socios en toda la cadena de operación, con integraciones tanto verticales como horizontales. Pero en el sector marítimo portuario esta una realidad, lo que ha generado una serie de protestas, tanto de los trabajadores como de los exportadores. Y en este rubro los nombres se repiten en los puertos, navieras y agencias marítimas, lo que derivó en una acuciosa investigación de la FNE que llevó a multas por parte del TDLC, pero a una posterior absolución de la Corte Suprema.
Hace nueve años el Gobierno inició un proceso de concesión de los principales puertos, con lo que el adjudicatario tiene autoridad para prestar servicios de carga y descarga, entre otros. Pero es en 2004 cuando los grupos Claro, Urenda y Von Appen se unen por primera vez presentando una oferta por el puerto de Arica que hoy controlan junto a Ransa (20%), controlada por el grupo peruano Romero.
Pasados unos pocos años ahora el grupo Von Appen, tiene participación en el Terminal Pacífico Sur (95,9%) y Terminal Puerto de Arica (40%). Por su parte, el conglomerado del fallecido empresario Ricardo Claro participa en Iquique Terminal Internacional (60%), Terminal Internacional de Tarapacá (60%), Terminal Internacional de San Antonio (50%), Terminal Internacional de San Vicente (50%), Terminal Internacional de Antofagasta (35%) y Terminal Puerto Arica (15%). Finalmente, la firma controlada por la familia Urenda posee un 25% del Terminal Puerto de Arica y un 35% del Terminal Internacional de Antofagasta.
“87% de los puertos nacionales son operados por las mismas dos transnacionales, representadas por los grupos Claro y los Von Appen”, afirmó el presidente de la Confederación de Gente del Mar (Congemar), Jorge Bustos.
En el área de las agencias navieras la situación es similar. Consecuencia de esto es que en el año 2005 la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex) presentó una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica que fue tomada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. En ella pidieron que se investigue a seis empresas dedicadas a dicho servicio entre las que se contaban a Ultramar Agencia Marítima -controlada por Von Appen-, Agencias Universales -Urenda- y Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas -grupo Claro- por “concertación de precios, abuso de posición dominante, precios abusivos y discriminación arbitraria”. En junio del año siguiente el ente antimonopolio multó a dichas firmas, dictamen que luego fue revertido por la Corte Suprema.
El requerimiento de la FNE afirmaba que “no resulta difícil apreciar la existencia de un reducido número de oferentes”. Asimismo, “si se revisa el número de agencias de naves que representan compañías navieras que operan en el país, se limita aún más este mercado”.


El Entramado
“En 1999 había casi 400 agencias de naves que generaban una cantidad no menor de trabajo y hoy no quedan más de 40 porque las otras no tenían posibilidades de competir”, comentó el presidente de Congemar.
En su requerimiento la FNE detalló estas estrechas relaciones de propiedad entre las agencias navieras. “Por ejemplo, Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) es propietaria del 99,9% de Sudamericana Agencias Aéreas y Marítimas (SAAM) y Agunsa es parte del mismo grupo empresarial de la compañía naviera Interoceánica (CCNI)”. Por otra parte, entre varias de estas agencias de naves, supuestamente competidoras, existen relaciones societarias e incluso de propiedad “como ocurre entre SAAM y Ultramar (Inversiones y Servicios Rigel, Consorcio Portuario Arica, etc.) entre esas dos agencias y Agunsa (Equipos Portuarios San Antonio, Puerto Punta Arenas, etc.), entre esta última e Ian Taylor, entre SAAM y Broom, etc.”.
Y bajo este contexto, la FNE sostuvo que “se ha constatado la existencia de barreras de entrada, al menos significativas, en el agenciamiento naviero, accesorio al transporte marítimo”,
Y en el negocio naviero se vuelven a repetir los nombres de los actores, ya que la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), a través de su agencia SAAM, en 2001 ingresó a la propiedad de su competidora Agunsa, tras adquirir el 26% que tenía AES Gener en la naviera de los Urenda, paquete que ahora podría vender para aminorar su complicada situación financiera. Además, el grupo Claro y Urenda son socios en Interoceánica, pues Vapores controla un 13%.
El presidente de Congemar sostiene que “la competencia que hoy se genera entre puertos es de mentira, porque las tarifas que tienen ellos está funcionando al máximo”.
Para el presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), Rodrigo Echeverría, “la preocupación es que ojalá haya la mayor cantidad de participantes posibles, porque después de las experiencias recientes que hemos tenido queda más que claro que hay que evitar que hayan pocos actores en el mercado, ya que cada vez que ocurre esto hay sospechas de faltas a la transparencia en la competencia natural que debe haber entre oferentes o demandantes”.

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