Cuando el gobierno no reprime a unos y a otros, cuando no tiene las mismas acciones coercitivas con unos y otros, cuando ratifica en los cargos a administradores puestos por un gobierno de derecha, cuando reasigna a funcionarios que llevaron la política internacional de rodillas frente al imperio, cuando en otros casos designa a funcionarios que promovieron leyes desafortunadas a lo menos, cuando un funcionario denuncia corrupción en un ministerio y en una seremi, y la única solución es echarlo, cuando designa en empresas estatales, solo a profesionales santiaguinos, como si no existiera inteligencia en las regiones, uno tiene todo el derecho a tildarlos de otro gobierno de la Nueva Mayoría pero esta vez (.2), con jóvenes a cargo de seguir implementando el neoliberalismo pero, un poco más humano por cierto.

Cuando uno entrega opiniones como las del primer párrafo, no faltan los autocomplacientes, que responden con un YO APRUEBO y, poco menos que uno se convierte en traidor del proceso que se inició en octubre, pero la verdad, y reconozcámoslo de una vez, el silencio la maldita “autocomplacencia” y la actitud poco vigilante que mantuvimos durante los gobiernos de la concertación y la NM, nos tiene con el agua privatizada, con los mares entregados a perpetuidad, con menos de un 35% de cobre en manos del Estado, con leyes como la de puertos, que solo rige para los puertos estatales y no para los privados, con una educación mercantilista, carente de estrategia de desarrollo, y una salud pública para llorar de vergüenza, entre otras bellezas legales que nos regalaron los gobernantes y parlamentarios.

No informarse, no denunciar , no movilizarse en contra de aquello que va en contra de las mayorías, que es el pueblo, no solo es cobardía, sino que nos transforma en cómplices de los ladrones y opresores.

La convención y el borrador de la nueva constitución avanzan en temas medioambientales y democráticos que ayudaran a nuestra sociedad para salir de lo dictatorial y depredadora de la constitución de la derecha asesina y sus modificaciones ladronas. Sin embargo esta nueva constitución mantendrá el “actual” modelo económico de la gran minería, y las únicas restricciones serán ambientales, porque no fue aceptada, ni la nacionalización, ni la propuesta que el Estado tuviese participación mayoritaria en las propiedades de la gran minería, incluso no paso la propuesta que el estado tuviese algún tipo de participación minoritaria, en las empresas existentes, y como guinda del postre, no se pudo limitar la duración de las concesiones, que por ahora son indefinidas.

Como ven la convención no era ni tan radical o, parte del 80% tenía precio o fue coaptado por las fuerzas poderosas de las transnacionales, en este gran tema, como lo es la gran minería, una pena pues sin esos recursos, las posibilidades de cubrir las demandas del pueblo se ponen cuesta arriba.

Jorge Bustos