El lunes, El Mercurio de Valparaíso publicó una columna del presidente del directorio de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), destacando los logros de la actual administración. Entre ellos, el Acuerdo por Valparaíso, firmado por un ex-alcalde que ni siquiera entregó el cargo a su sucesora, y un gobernador que cree que paseos y miradores resolverán la pobreza en las ciudades puerto, especialmente en Valparaíso.

Según Luis presidente del directorio, la EPV ha escuchado a los vecinos, quienes supuestamente están de acuerdo con propuestas como paseos, miradores y la reducción del Terminal 2 (T2). Sin embargo, lo que realmente buscan es monopolizar el puerto de Valparaíso para 2029, eliminando la competencia que alguna vez hizo florecer la ciudad. Los porteños recuerdan cómo era el barrio puerto y el barrio bancario cuando existía la multioperación y la competencia, con decenas de empresas de estiba, oficinas de navieras y cientos de agencias de aduanas.

Es curioso que ningún político se pregunte seriamente por qué las ciudades puerto se han empobrecido. Con la ayuda de cualquier sociólogo, se descubriría que la concentración de cualquier actividad económica, es decir, la monopolización, es perjudicial. Entonces, ¿por qué seguir monopolizando las actividades del comercio internacional, que representa al menos el 33% de la economía regional?

La respuesta parece estar en los sueldos exorbitantes de los gerentes y los allegados de los políticos en los directorios de estas empresas. Por ejemplo, del 1 de enero al 30 de noviembre del 2024, ocho gerentes han recibido 690,5 millones de pesos líquidos como sueldos. El gerente que ahora se dedica a convencer pobladores ilusos, cobra mensualmente 14,5 millones de pesos líquidos, más otros beneficios ¿Y qué han hecho? Que pueden exhibir como obras, adelantos que beneficien a la ciudad, la ciudad ha empeorado o ha crecido económicamente después de las políticas propuestas y propiciadas por la EPV, la conclusión salta a la vista, nos han vendido puro humo porque cobrar tres arriendos, es algo que también podrían hacer los trabajadores de la Tesorería Regional.

Muchos dicen que volver a la multioperacion, a la libre competencia y luchar contra el monopolio es una pelea perdida, como también lo decían del Mall de Barón. Pero la historia reciente nos ha enseñado que las batallas más difíciles son las que más valen la pena luchar.

Jorge Bustos