Los hombres y mujeres que han construido la historia nos han demostrado que la libertad y la felicidad no se ruega ni se mendiga, se toma con fuerza y astucia.

La poética cuenta del alcalde Sharp ha descartado de plano la posibilidad de que el puerto crezca hacia el norte de la ciudad, olvidando, o mejor dicho, no enterándose de la fragilidad de la infraestructura que deja a la ciudad tener aguas abrigadas que a su vez permiten desarrollar la actividad portuaria. Claro que no es el único, los expertos portuarios que entrevistó el Mercurio estaban contentísimos por la declaración del edil, que “aceptaba” la ampliación portuaria, y como si fuera poco, para que los incautos creyeran, les puso hasta fecha.

Si uno creyera en discursos, cada chileno tendría un auto y una casa en la playa, pero bueno, desmenucemos el discurso, que parece carta al viejito pascuero cuando faltan varios meses para navidad.

Vamos por partes:

De las palabras que se leen, el alcalde propone un acuerdo que asuma el plan de expansión propuesto por la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), que ha fallado por casi 2 décadas. Es decir, el municipio acepta o respalda un proyecto que ha sido criticado por la UNESCO y los organismos ambientales nacionales, que ha sido activado por actores sociales durante décadas, de no ser que sea un nuevo proyecto, que nadie conoce, curioso por decir lo menos.

Dice que quiere desarrollar el norte de la costanera (zona Barón) con turismo sustentable, por cierto, turismo que funciona y ha crecido por la nominación de la ciudad como Sitio Patrimonial; sin embargo, con la aceptación del proyecto de EPV, pone en riesgo la declaratoria de Patrimonio de La Humanidad, pues dicho proyecto de expansión se construiría sobre los territorios de “amortiguación” patrimonial y más encima la única vía de acceso de ese supuesto muelle de supuestamente un millón de contenedores, es por debajo o arriba de la zona patrimonial (muelle Prat).

En el escrito del discurso se fija el precio a la aceptación del proyecto de EPV por parte del municipio, y este es de 2 dólares por tonelada transferida, cuestión que el director del Mercurio de Valparaíso criticó de inmediato en su editorial, en el mismo discurso se hicieron una abrumadora cantidad de ejercicios matemáticos y se construyeron una infinidad de adelantos, es decir se peló el chancho antes de pillarlo; sin embargo, lo que llama la atención es el silencio con los dineros que ha ganado la EPV, desde el año 2000 en adelante, la propuesta del discurso es algo así como “tú me das 2 dólares y yo miro para el lado”, algo así como “no importa si nunca hiciste el frente de atraque para buques turísticos que prometiste el 2002, y si te gastaste ese dinero en otras cosas no importa, pásame 2 dólares y acepto”.

Cuando nos juntamos para tomarnos el Municipio, queríamos terminar con la corrupción dentro y fuera de este, detener el abuso de las inmobiliarias y detener los proyectos truchos, curiosamente solo se detuvieron los abusos de las inmobiliarias, y de nada sirvió tener un Municipio cercano porque donde hoy se reciben los turistas, se hacen ferias y convenciones es el símbolo de la corrupción y de los negociados de la EPV en la ciudad.

Un acuerdo sin intervención de la ciudad y de los actores que saben, terminará siendo más de lo mismo, se habla de una ampliación que nadie conoce, se menciona una nueva playa San Mateo, la construcción de un muelle de pasajeros; sin embargo, con 2 dólares por tonelada transferida no alcanza, falta astucia, inteligencia, fuerza, y por sobre todo “saber”, educarse en los temas, no solo se trata de lo inmediato, se trata de dejar un legado, este acuerdo que pretenden embarcarnos los dirigentes comunales, es tan oscuro y de tanto humo contaminante como el de los barcos turisticos y las finanzas de la administración de EPV.

La EPV no construyó un muelle para pasajeros en 21 años, ¿Uds, creen que lo van a construir ahora?

Jorge Bustos