Cuando sigue hablado la ignorancia después de un año
Los mismos que llegaron al poder comunal y regional para cambiar las cosas, se fueron solo en discursos ideológicos al final y terminaron inclinados ante uno de los feudos del Estado y rindiendo pleitesía, al neoliberalismo y han terminado como administradores de quienes han arruinado las ciudades puertos de la región de Valparaíso.
Desde septiembre de 1981 empezó el empobrecimiento de la ciudad, con la dictación de la ley 18.032 que le quito la propiedad del trabajo a los sindicatos en plena dictadura, pero después con la llegada de esta supuesta democracia, en el gobierno de Frei 1997 se dictó otra ley que tenía como propósito quitarle el negocio y trabajo a la pequeña y mediana empresas ligadas al comercio internacional.
Desde 1981 a la fecha Valparaíso por culpa de la dictadura y también de la concertación perdió primero la propiedad del trabajo y toda la ganancia que se repartía primero entre los trabajadores y luego entre las pequeñas y medianas empresas que significaba riqueza para y de la ciudad, fue entregada al monopolio de los alemanes y así fueron muriendo y deshabitando todos los edificios del barrio financiero y del barrio puerto de la ciudad, muriendo bares, restaurantes, cafés, etc.
Los políticos y operadores serviles en su afán de que hubiese celeridad en los procesos corrompieron a dirigentes de los portuarios y a otros, así como también se pagaron indemnizaciones por las privatizaciones, como si los puertos y las caletas fuesen solamente de los que trabajan en ella y no de toda la ciudad.
Con esos mismos que nos han tenido de cabeza en los tribunales para defender lo que nos queda de ciudad, es decir la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) estos dos supuestos izquierdistas han llegado a un acuerdo llamado por Valparaíso, que no es mas ni menos, que lo que ofrecieron el año 2001 cuando recién se instalaban, ofertas más ofertas menos, es lo mismo con un poco menos de impacto, pero igual de mentiroso, pero que además es “de alto impacto, provoca daños irreversibles, imposibles de mitigar”.
El magallánico, va al hueso en la entrevista, pero como todo chumango desconoce que son 5 ministerios y 9 subsecretarias las que intervienen en el tema portuario, y está diseñado así para que todos reciban parte del animal que despostan todos los años, y no van a renunciar a sus jugosos sueldos, para desviarlos a la ciudad o a su municipio.
El negocio es tan bueno que como ejemplo se gastan 2/3 de las ganancias en administración, para financiar a más de 80 funcionarios que su trabajo consiste en cobrar 3 arriendos (concesiones) y en San Antonio algo similar, donde los gerentes tienen un salario superior al presidente de la republica y mas que los gerentes de puertos privados, porque dicho de paso en más de 20 años de trabajo, no han construido un solo metro de nuevas aguas abrigadas.
Resulta a lo menos absurdos que estos dos, el magallánico y el gordo del agua, lleguen a un acuerdo para instalar grúas de 90 metros de altura, justo frente al lugar donde el estado y la ciudad más ha invertido para reinventarse, que es la industria hotelera, tirando por el suelo su fortaleza que es la bella vista, que necesitan los visitantes.
La riqueza que se repartía 1981 entre más de 15 mil trabajadores, directos e indirectos, hoy se la quedan dos empresas en un 90% los alemanes y 10% los Urenda, el famoso acuerdo por Valparaíso, que solo es posible con un modelo de negocio, que concentrara toda la ganancia y negocio, en una sola empresa, es dañino para la ciudad porque eso significara, menos trabajo y más pobreza para la ciudad.
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